Tejo centenario de la Espata, circular desde Villanúa por los refugios de la Espata y la Trapa

Sigo de vacaciones en el Pirineo y, pese a ser abril y haberme calzado las raquetas hace solo un par de días, el tiempo ha pegado un cambiazo brutal y tenemos temperaturas más bien veraniegas. Con este contexto, me decanto por evitar la nieve (que seguro que estará fatal) y menearme un poco por la media montaña.

El tema es que estoy un poco perezoso y no me apetece moverme del valle, pero tampoco quiero repetir una ruta que haya hecho hace poco, así que se me ocurre visitar el tejo de la Espata, que ha "saltado a la fama" recientemente tras ser nombrado 'árbol singular de Aragón'.

Planteo una circular con salida en Villanúa en la que, además del tejo, pasaré por la fuente del Paco, los refugios de la Espata y la Trapa, y el barranco de los Azús. La verdad es que la ruta tiene muy buena pinta y la considero apta para senderistas entrenados. ¡Vamos allá!.



Datos de la ruta:

Acceso: desde Zaragoza, nos dirigimos a Jaca por la  A-23  y, después, nos adentraremos en el valle del río Aragón por la  N-330 . Tras pasar Castiello, la siguiente localidad es Villanúa: cruzar la localidad y seguir las señales hacia la cueva de las Güixas, que nos llevarán hasta la oficina de Turismo, junto a la cual dejaremos el coche.



Fecha: 12/04/2024
Itinerario: Villanúa - Selva de Villanúa - Fuente del Paco - Puente de Piecerbera (sin cruzarlo) - Refugio de la Espata - Tejo centenario de la Espata - Refugio de la Espata - Refugio de la Trapa - Barranco de los Azús - Campos de Moscasecho - Dolmen de Letranz - Villanúa.
Duración: -sin contar paradas-
  • 00:00 h.- Oficina de Turismo de Villanúa
  • 00:45 h.- Fuente del Paco
  • 00:55 h.- Puente de Piecerbera
  • 01:55 h.- Refugio de la Espata
  • 02:15 h.- Tejo centenario
  • 02:35 h.- Refugio de la Espata
  • 03:15 h.- Refugio de la Trapa
  • 03:45 h.- Coche del bco. de los Azús
  • 04:10 h.- Campos de Moscasecho
  • 04:25 h.- Dolmen de Letranz
  • 04:40 h.- Oficina de Turismo de Villanúa
Desnivel: 1.066 mD acumulados.
Longitud: 16,32 km en total.
Dificultad: Fácil. Ruta sin dificultades técnicas más allá de la fuerte pendiente y los tramos de pedriza en el acceso al tejo centenario.

Track:
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Reseña de la ruta:

Son alrededor de las 9:30 de la mañana cuando comienzo a caminar junto a la oficina de turismo de Villanúa (950 m), ubicada en el extremo N de la localidad. Lo primero será tomar una calle asfaltada que asciende junto al bco. de Arraguás (dir. E) y que no está nada mal para calentar las piernas.




Tras ganar algo más de 60 metros de desnivel, la calle deja atrás los últimos chalets y, justo cuando comienza a girar, la abandonaré para tomar el sendero hacia la fuente del Paco, que se interna en el pinar y sigue ganando altura.



La primavera se hace notar sobre todo en las cotas bajas, porque este año la media y la alta montaña todavía guardan un ambiente casi invernal.

Primula veris

Pinguicula grandiflora

Iré ganando altura (unos 200 metros) hasta alcanzar la cota 1.200, punto en el que cede la pendiente y se juntan las diversas sendas que van de Villanúa a la fuente del Paco para, a continuación, recorrer ya como una sola "la Selva de Villanúa", donde los pinos dejan paso a los abetos y el acebo.


Vistas hacia la margen contraria del bco. de Arraguás, con los Lecherines de fondo


Y, tras solo 45 minutos de marcha, alcanzo la famosa fuente del Paco (1.216 m) que, como casi siempre, mana un buen chorro de agua fría. Aclarar que la palabra "Paco" se refiere a la zona umbría donde se ubica, no a una persona (en resumen: Paco = zona umbría de la montaña).




Tras echar un trago de agua fresquísima, continúa unos metros por la pista (dir. E) y, en apenas 10 minutillos (55 minutos en total), llego al puente de Piecerbera (1.252 m), que NO cruzaré. Hasta aquí se podría llegar en coche desde Villanúa sin necesidad de permiso, pero creo que es más recomendable hacerlo andando y pasar por la fuente.



Sin detenerme, continúo con la subida hacia el refugio de la Espata: la senda, bien señalizada, avanza unos 300 metros de forma paralela (dir. E) al barranco de Piecerbera para terminar cruzándolo y dar paso a un tramo de fuerte subida.




Así pues, ahora iré alternando tramos de fuerte subida por el interior del bosque, con algunos pequeños claros donde la pendiente cede ligeramente. No en vano, desde el cruce del barranco se ganan 300 metros de desnivel en menos de 1,5 km.

Collarada despunta en lo alto



En el interior bosque, los efectos del invierno y de la primavera todavía se hacen notar con numerosos árboles caídos que cortan la senda y que voy salvando como buenamente puedo. Si no recuerdo mal, se está realizando precisamente un estudio sobre el deterioro del estado de la masa forestal (especialmente los abetos) de la Selva de Villanúa.



Volviendo con la ruta, alcanzada la cota 1.600, la senda da un respiro e incluso realiza algún pequeño descenso mientras recorre una zona muy agradable con arroyos estacionales y en la que el bosque ya va perdiendo densidad para dar paso al pasto. 



El bosque va clareando y permite contemplar el Bacún, todavía bien nevado

Finalmente, un último repecho bastante tieso me deja, tras ganar otros 50 metros de desnivel y tras casi 2 horas de subida, en el refugio de la Espata (1.692 m). Hoy lo encuentro abierto y en buen estado (hay literas con colchón, chimenea, leña y una mesa con varias sillas). Hasta aquí se puede subir en coche (no cualquier turismo) por la pista, sacando previamente un permiso online.



Tras una paradita breve, me dirijo ya hacia el tejo centenario, que todavía queda algo más arriba. Para ello, primero avanzaré por el vallecito que discurre hacia el collado de Marañán (dir. E) hasta llegar al llano (1.750 m) que se extiende bajo la punta Espata, donde parte la senda que me llevará al tejo (actualmente está bien señalizada con un cartel).



La sendita gana altura con decisión trazando una diagonal a la izquierda (NW) y atraviesa algunas zonas de piedra suelta e incluso alguna pequeña canaleta. Se sigue bastante bien si estamos atentos, y supongo que con el paso de la gente se irá haciendo más cómoda. 




Y, tras la fuerte subida, aparece de repente el tejo centenario de la Espata (1.841 m), de siete metros de altura y quinientos años de edad, y que ha sido nombrado "árbol singular de Aragón" hace pocos meses. Desde Villanúa, me ha costado 2 horas y 15 minutos de subida. 


Los tejos son árboles coníferos de hoja perenne que, más que por su altura, destacan por su gran perímetro. Comentar también que casi todas sus partes contienen alcoloides tóxicos que pueden causar incluso la muerte.

Estos árboles pueden vivir ¡hasta cuatromil años!. Es precisamente esa longevidad, que los hace parecer inmortales, lo que lo convirtió en un árbol sagrado para los celtas, quienes los veneraban. Esto luego lo heredarían los cristianos, que lo relacionan con la eternidad, la vida y la muerte, y es por ello que lo podemos ver junto a cementerios, iglesias, ermitas, ...

Vistas hacia la Espata desde una pequeña cavidad cercana al tejo.

Tras echar un bocado al sol y disfrutar de la panorámica, reemprendo la ruta. Lo primero será regresar, por el mismo camino, hasta el refugio de la Espata. El primer tramo de bajada hasta alcanzar el fondo del vallecito requiere atención, pero con cuidado lo hago sin demasiados problemas.



Así pues, llego de vuelta al refugio de la Espata (1.692 m) cuando llevo ya 2 horas y 35 minutos de marcha. Ahora, como quiero alargar un poco la salida, en vez de seguir bajando por el camino de subida (hacia la fuente del Paco), tomaré la pista y la seguiré en ligero ascenso (dir. W) hacia el refugio de la Trapa.



Me esperan ahora tres kilómetros de pista bastante monótonos y que se hacen algo pesados durante los que intento entretenerme localizando nuevas sendas y aprovechando las mínimas ventanas que ofrece el pinar para visualizar las cimas del entorno.

Collarada de nuevo en lo alto

Mirada atrás: despunta la Espata, que ya he subido en varias ocasiones

Y, tras 40 minutos de pista y 3 horas y 15 minutos de marcha en total, llego al refugio de la Trapa (1.727 m), ubicado en la parte alta de un gran rellano herboso y donde finaliza la pista (aunque hasta aquí no se permite subir en coche). También está abierto, aunque está algo más descuidado que el de la Espata.



Tras una paradita, comienzo la bajada a Villanúa. Aunque también podría hacerla por el camino viejo (quizás algo más directo) me decido por la senda del barranco de los Azús. Así pues, desde el refugio continúo hacia el NW (está señalizado) y comienzo el descenso junto al barranco de los Azús.


Vistazo arriba, se aprecia la canal del Achar con un nevero en su base

Según voy avanzando, la sendita se va haciendo más y más notoria y pronunciada, convirtiéndose en una bajada a tumba abierta que, tras un primer tramito por terreno despejado, me devuelve rápidamente al interior del bosque.



Tras un par de lazadas sobre el barranco, la senda gira decididamente a la izquierda (SW) y, justo cuando cruza el cauce, pasa junto al famoso Ford Fiesta del barranco de los Azús (1.490 m), que se empotró aquí en 1.989 fruto del despiste de un vecino (nada de apuestas de militares). Llevo 3 horas y 45 minutos en total.



Dejando atrás el coche, la senda sigue perdiendo altura a una velocidad de vértigo a la vez que se va ensanchando hasta convertirse casi en una pista. Solo romperán la monotonía de este tramo un par de ventanas con buenas vistas hacia el valle y Villanúa.


Valle de Canfranc y los Lecherines

Villanúa y sus urbanizaciones: todavía queda...

Cuando el reloj marca 4 horas y 10 minutos de ruta, desemboco en la pista de la Trapa a la altura de los campos de Moscasecho (1.275 m). La seguiré en descenso durante unos metros hasta que aparece a la derecha un cartel que indica "Villanúa", conectando de esta forma con el "camino viejo".



Así pues, tomo la senda del "camino viejo" y, ya con ganas de llegar a Villanúa, prosigo con el descenso pasando a los pocos minutos junto al dolmen de Letranz (1.160 m), ubicado en un prado contiguo. 



Finalmente, y tras cruzar la pista en varias ocasiones (hay que ir atento porque la continuación no siempre es evidente), encaro el último tramito de descenso, que pasa muy cerca de la cueva de las Güixas, y llego de vuelta a Villanúa (950 m) tras 4 horas y 40 minutos de ruta en total.



Finalizo así esta agradable circular por la media montaña de Collarada, perfecta para los días en que las cimas del macizo no quieren visitas o, simplemente, para los días en los que no queremos demasiado tute. ¡Hasta la próxima!.

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